Construye tu propia terapia milagro

Reconozcámoslo, todos queremos soluciones fáciles a nuestros problemas. Cuando hablamos de obesidad. ¿Quién quiere privarse de sus golosinas preferidas, cambiar sillón y tele por sudar en un gimnasio o su automóvil por pedalear en una bicicleta? Por eso, no es de extrañar que proliferen los productos milagro, que prometen convertirnos en nuestro actor/actriz preferida sin renunciar a nada. Igualmente comprensible es el éxito de variadas terapias alternativas y movimientos pseudocientíficos. Homeopatía, flores de Bach, osteopatía, reiki, dietas de-tox, iridologia o el rechazo a las vacunas prometen soluciones cómodas a nuestros males y explican su origen de un modo sencillo.

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Fácil y sencillo… ¿para qué sufrir?

Sería fácil en este punto justificar el auge de todas estas terapias en la debilidad humana y en la tendencia a buscar soluciones fáciles y generales a problemas que no son en absoluto ninguna de estas dos cosas. Sin embargo esto difícilmente explicaría su expansión, incluso entre personas de cierta cultura y la feroz defensa que muchos de sus practicantes profesan. Y es que estas razones solo arañan la superficie de la sofisticada construcción intelectual, común a todas estas terapias, creencias y pseudociencias, a las que me referiré de ahora en adelante, concédanmelo Vds. como “magufadas”.

Para profundizar y conocerlas mejor, procedamos a su disección. ¿Qué elementos comunes tienen todas ellas?

LA IDEA CENTRAL

Normalmente hay una idea pseudocientífica, más o menos sencilla de entender que explica tanto el origen del problema como su solución. Veamos algunos ejemplos. Las moléculas quema-grasa. ¡Qué bella idea pensar en algo que pueda consumir nuestros michelines en una hoguera purificadora! «Similar cura similar» una idea sencilla y brillante, propia de un genio loco.  «Esto empeorará los síntomas» pueden pensar los ignorantes. «Nada de eso», resuena la voz en off del genio, «administraremos los medicamentos en dosis muy pequeñitas». Bueno, dejémoslo ahí…

Otro elemento esencial es que la solución propuesta debe ser cómoda, rápida y no requerir mucho esfuerzo por parte del receptor. Nada de dieta y ejercicio. Por el contrario, comer, tomar píldoras o ceñirse una faja entran dentro de lo aceptable.

LA CONSPIRACIÓN

En muchos anuncios de dietas milagro se explica cómo el producto X es el secreto mejor guardado por actrices de Hollywood, lo que su médico no quiere decirle, o el secreto milenario de los Incas. Cualquier cosa con tal de explicar por qué hasta el día de hoy no estamos todos delgados y guapos. En el caso de las terapias, es aún más sencillo; como deben sustituir a la medicina convencional, se trata de acusar a esta de ocultar la verdad. Los sospechosos habituales son una industria farmacéutica con oscuros intereses económicos, interesada en hacer enfermar a la gente adrede, los médicos y científicos pagados por estas o incluso la Organización Mundial de la Salud. Cualquier voz discrepante es una opinión comprada. Cualquier enemigo es sospechoso. Al sembrar la paranoia se garantiza que la racionalidad quede convenientemente desplazada a un rincón donde no moleste.

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Anuncio de jabón adelgazante. Ya intentaban engañar a nuestros abuelos.

LAS «PRUEBAS»

¿Qué sería de una dieta milagro sin la foto de una persona obesa antes de tomarla y apolínea después? ¿Dónde habría llegado la homeopatía si el cuñado de turno no nos dice «pues a mí me funciona»? ¿Qué decir de los rigurosos estudios científicos que demuestran que las vacunas producen autismo? Quizás puedan pensar que no sabemos nada de la persona supuestamente adelgazada por la dieta, que el cuñado se curó en el mismo tiempo que se hubiera curado sin tomar homeopatía o que estos estudios sobre las vacunas fueron desenmascarados como un timo hace tiempo, pero recuerden que la racionalidad está calladita en el rincón. ¡No diga nada que será acusado de  aguafiestas o, peor, de ser un empleado a sueldo de diabólicas empresas farmacéuticas!

IDEAS POSITIVAS

La comodidad no basta, la sencillez tampoco y muchas de las pruebas son tan débiles que no pasan ni el análisis más superficial. Para mejorar la aceptación de una buena magufada y vencer posibles resistencias hay que ligarla a ideas positivas ampliamente aceptadas por la población. La reina de estas ideas es «lo natural es bueno». Dietas y remedios milagro tienden a venderse como la solución que nos brinda la madre naturaleza frente a las pócimas de Mordor ofrecidas por la Ciencia. Así, el producto X será un extracto de pomelo, de semilla de manzana o aceite de calabaza. Las flores de Bach están hechas de inocentes aromas. Por el contrario, las vacunas contienen metales mortíferos como el aluminio o el mercurio. De nada sirve decir que los productos naturales pueden ser peligrosos o que las vacunas han demostrado su valor como uno de los pilares de la salud pública durante siglos, la racionalidad sigue amordazada e impotente en el rincón.

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The Art of David Dees 

EL QUE SE LLEVA EL DINERO

La promoción de una magufada no es sencilla ni barata. Normalmente hay algún interés económico detrás financiándola y beneficiándose cada vez que se convence a alguien. Los preparados milagro pueden financiarse mediante su venta, habitualmente a través de vías de distribución directa (teletiendas, publicidad en revistas o páginas web) o mediante la venta de libros o cursos.

El caso de la homeopatía es particularmente escandaloso. Los tratamientos son una sucesión interminable de visitas a médicos que cobran minutas astronómicas. Los preparados, que consisten esencialmente en azúcar sin la presencia demostrable en ellas de absolutamente nada más, también son costosos. Curiosamente, las multinacionales productoras de homeopatía que se enriquecen en perfecto conocimiento de su inutilidad, parecen no entrar en el club diabólico de empresas farmacéuticas que conspiran contra la salud mundial.

Una vez completada esta disección, les propongo jugar a ser doctores Frankenstein aficionados y crear nuestra propia terapia mio. Es fácil, basta ensamblar las piezas que hemos descrito. Elige el problema y combina remedio, orígenes y otros elementos para construir tu magufada única y personal. Solo tendrás que darle un nombre atractivo y ya podrás apadrinarla.










Enhorabuena, has alcanzado un nuevo plano existencial. Ya no eres un incauto consumidor y sabes cómo personas sin escrúpulos pueden abusar de la buena fe y la credulidad de los ciudadanos. Ahora, incluso, podrías ser tú quien lo hiciera. Por supuesto que no te animo a hacerlo, muy al contrario creo que ahora tienes en tus manos toda la información para reconocer cuando alguien quiere estafarte. Quizás yo mismo estoy intentando hacerlo contigo. ¿Es así? No me creas, piensa y decídelo tú mismo.

¡Que nadie piense por ti!

Algunos enlaces (serios) de interés:

Y otros enlaces más divertidos:

(La imagen de portada es creación de Khairina Anindya Canny, distribuida bajo licencia Creative Commons y  descargada de este enlace)

6 Comments

    1. Gracias por reblogearnos Olatz. Toda mi solidaridad a los profesionales que estáis detrás de un mostrador, informando y luchando día a día por la salud de los pacientes. ¡Eso si es divulgar Ciencia!

      Tienes toda la razón. Es increíble cómo se ha implantado en el pensamiento colectivo el rechazo a la «química». Probablemente es culpa nuestra, por no saber explicar a los pacientes nuestra lucha por buscar medicamentos seguros y eficaces. Creo que los científicos tenemos mucho que aprender en temas de comunicación y, en parte, este blog intenta dar un pequeño paso en esa dirección.

      Con respecto a la pregunta de mostrador «¿no tienes algo más natural?» quizás deberíamos quitarnos los complejos y contestar con una sonrisa «Lo que te puedo ofrecer son productos eficaces y seguros, lo mejor que puede producir la Ciencia hoy en día para tu enfermedad. Si quieres fitoterapía también te la puedo ofrecer, pero no será tan eficaz como los medicamentos «normales», no será más segura, ni tampoco más barata». El paciente tendrá la última palabra, pero nosotros habremos cumplido con nuestro deber.

      Un cordial saludo,

      Manuel

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  1. Lo facil es el camino que desean transitar
    Lo dificil se rechaza

    Adelgazar no es sinonimo de buena vida

    Por eso proliferan muy rapido soluciones mentirosas .

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    1. Muy cierto Cristina ¡Es tan tentador taparse los ojos y confiar en falsas promesas! A todos nos gustan los caminos fáciles, como bien saben aquellos que utilizan nuestras debilidades para llenarse los bolsillos. Ojala este artículo ayude a despertar nuestro sentido crítico y a no dejarnos engañar.

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  2. Excelente artículo. Como pediatra me encuentro a veces a padres fans de «lo natural», con mucho sentido «crítico» para la medicina científica, pero ninguno para la pseudociencia y creencias varias; y tengo que explicarles que es ciencia y para que sirve,… Con vuestro permiso lee reenviaré a alguno de ellos vuestro artículo.

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